sábado, 17 de septiembre de 2016

El verdugo, la boda a oscuras

En esta entrada vamos a ver una secuencia de "El verdugo" (Luis García Berlanga, 1963).
Nino Manfredi va a casarse con la hija (Emma Penella) del verdugo (Pepe Isbert) pero antes de su boda hay otra, de más nivel.




Comienza la secuencia con el final de la boda de los ricos y, mientras empiezan a quitarlo todo, entra la boda de los pobres (nuestros protas). Pero mientras entran, todo el ornamento y el oropel de los ricos va desapareciendo ante sus ojos, incluída la música que empieza a fallar justo cuando entran. Es un momento brutal. Pero a partir de ahí mejora y, en mi opinión, mucho. Cuando por fin los novios y el padre de la novia se acercan al altar para que el cura oficie la boda, les van apagando las velas, dificultando la lectura del párroco y haciendo que todos los personajes se muevan a la luz. Momento super cómico.
 

Aquí, Landa empuja a Pepe, Emma y Nino, porque el cura necesita leer, pero ellos no.


Pero lo mejor es el plano general posterior.


Y aquí es donde termina de poner la carne en el asador. La luz, en la iglesia, es para los santos y no para las personas que se supone se están uniendo en la indisoluble alianza que ante dios... bla bla bla. En resumen, si tienes pasta te ponen las luces, si eres pobre te las quitan, pero solo a ti: las figuras religiosas son lo más importante.

Berlanga demuestra que para los grandes directores saltarse la censura es, a veces, un juego de niños. En este caso arremete contra la iglesia, pero tiene para arrear a todos, como se puede ver en el resto de la peli (y veremos en otra ocasión).

No hay comentarios:

Publicar un comentario