martes, 10 de noviembre de 2015

Lock, Stock and the Emotion

En esta entrada vamos a ver un ejemplo más de movimientos de cámara. La película en cuestión es Lock & Stock (Guy Ritchie, 1998). En ella cuatro amigos, encabezados por Eddy que es quien va a jugar, han reunido pasta para acudir a la timba de cartas del mafioso local. La partida se celebra en el garito del mafioso, que ha puesto cámaras para hacer trampas.


Pues aquí lo tenemos. El travelling alrededor de los personajes que da el pistoletazo de salida (Eddy acepta y la cámara se mueve para que escuchemos las condiciones). Después los dos travellings hacia Eddy anticipan lo que va a ocurrir junto con el travelling + zoom (Hitchcock®, hablaremos del tema) tras la última carta que es la sentencia. No tiene escapatoria.
Cuando pierde la apuesta, la cámara se adosa a Eddy que se tambalea por el mareo. Nos hace partícipes del vértigo de haber perdido todo y deberle 500.000 a un tipo peligroso, por eso lo vemos desde esa perspectiva.



Ritchie nos muestra cómo se siente el personaje, que es la razón de ser de ese movimiento. Pero como estaréis hartos de que lo diga yo, hoy me he traído a alguien especial, del mundillo. Samuel Fuller nos dice qué es una película. Y lo resume en una palabra (Belmondo también).

Pierrot le fou (Jean Luc Godard, 1965)

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